Nieve, fria nieve, nieve recien caida.
Haces blanca la navidad de los que tienen la suerte de verte.
Caes del cielo como nevazucar decorando calles, carros y suelos.
Causas alegrias en los niños que hacen de ti inocentes guerras de pelotas blancas y de dolor al anciano que resbala en la dureza del hielo que se forma de la nieve vieja.
Llenas de brillo mi gorro, mi chaqueta, mi nariz.
Tus copos tocan suavemente mis labios y caes resignada a unirte al resto de luz que parece salir del suelo.
Eres testigo del amor que se profesan quienes caminan sobre ti agarrados de la mano y te prefieren sobre una tarde de verano.
Nieve, a ti te hablo porque pareces escucharme.
En la noche, si camino asustada brillas en respuesta.
Regreso del cine de madrugada pensando en la tierra de Aslan luego de ver la última película de Narnia y me muestras que en en esta Tierra hay tanta belleza como en cualquier cuento de fantasía.
Al verte un sentimiento infantil me colma de alegria: estoy rodeada de nieve, como Harry y Hermione en Godric's Hollow!
Todos estos pensamientos me acompañan cuando camino sobre ti una noche de este frío, largo y sollitario diciembre y no me abandonan desde que te conoci, un 28 de noviembre.
